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Writer's pictureGonzalo Seré

El día a día de un vivo entre los muertos

Updated: Oct 26, 2022

"El trabajo no fue difícil de aprender, ¡pero hay que bancársela para estar acá!", exclama Juan Aquino, que lleva casi la mitad de su vida trabajando entre tumbas.


Por: Gonzalo Seré


El ambiente se respira pesado, hay unas 15 personas dando vueltas y parecen respetar una cierta distancia implícita entre ellas. Hay ofertas de flores en la puerta y los rosarios recientemente desempolvados adornan las muñecas de los visitantes. Los padres están rígidos como estatuas y se aseguran de que los niños se queden cerca y tranquilos. En este lugar trabaja Juan Aquino desde hace más de 20 años: el Cementerio del Pilar.


Juan Aquino en su uniforme de trabajo. Foto por GS


Aquino se levanta de lunes a sábado a las 6 para comenzar su jornada laboral. Él y otros 15 compañeros son los encargados de mantener viva la actividad del cementerio. Aquino es sepulturero, entierra a las personas fallecidas. Lleva 22 años en el oficio y trabajó en los 3 cementerios públicos de Pilar (Cementerio Municipal Presidente Derqui y Ruta 25).


El trabajo de un sepulturero es cavar tumbas, acomodar los cajones, rellenar de tierra y mantener todo ordenado. Además, muchas tumbas se vuelven a abrir para agregar nuevos cajones; en estos casos se realiza una 'reducción'. Es decir, si el estado del cadáver ya enterrado lo permite, se quita el cuerpo del cajón y se lo acomoda a los pies del nuevo cajón.


Primera vista al entrar al cementerio. Foto por GS


Aquino llegó al trabajo a partir de un Plan Social, él es carpintero y albañil, pero estaba desempleado y comenta que le gusta la seguridad que le brinda una relación de dependencia. "El trabajo no fue difícil de aprender, pero hay que bancársela para estar acá", cuenta Aquino haciendo referencia a la exigencia física del trabajo.


La remuneración es de 39 mil antes de impuestos y las jornadas son de 10 horas, pero cuentan con una particularidad: trabajan semana de por medio. Durante la semana libre, los sepultureros suelen realizar 'changas' de manera privada dentro del cementerio para complementar su sueldo; por ejemplo: pintar un mausoleo o arreglar un monumento. Esto está prohibido por las reglas del cementerio, pero los directivos saben que la paga es baja y entonces lo permiten.


Crédito: GS


"Esa es la primera pregunta que me hacen siempre", responde Aquino riendo tras ser consultado sobre la existencia de actividades paranormales dentro del cementerio. Aquino lleva dos décadas trabajando entre tumbas y asegura nunca haber visto nada, y eso que trabajó de sereno. "La gente piensa que somos una especie de guardianes de la muerte, pero esto es un laburo normal, como cualquier otro".

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