Por: José Moviglia
Cuando uno piensa sobre la relación en la literatura y la muerte, puede parecer que hay no mucho por decir acerca de ella. Pero apenas uno comienza a estudiar y conocer la historia de las letras, verá con rapidez que los motivos y temas fúnebres están presentes en todos los tiempos y culturas. Tan fuerte es el lazo entre estos dos, que muchos de los clásicos literarios están inmersos en el mundo de calaveras, tumbas y fantasmas.
1. Antigona
Enterrar a los muertos no siempre tiene el mismo significado, y este clásico de Sófocles es una gran ventana a ello. Para los griegos, un muerto sin tumba era un ser eternamente atormentado. Por eso, el peor castigo no era la pena de muerte, sino la prohibición de una sepultura con todos los ritos apropiados. Esta realidad que puede parecernos remota hoy se vuelve una enorme causa de tensión cuando vemos los intentos de Antigona de Tebas por enterrar a su hermano condenado.
2. Fedón
¿Qué harías vos en tus últimas horas? Dudo que hagas lo mismo que Sócrates y expongas sobre el sentido de la muerte y la inmortalidad del alma. Eso mismo ocurre en el diálogo Fedón escrito por Platón, uno de los discípulos del doctor de Atenas. Si bien el texto suele leerlo en aulas de filosofía, su mérito literario también da un buen motivo de lectura. Platón había sido un dramaturgo, y mucho de su talento puede percibirse en las numerosas metáforas, alegorías y aforismos de esta obra en honor a su maestro.
3. Hamlet
Muchos reconocerán la frase “To be or not to be” (Ser o no ser), pero pocos saben el sombrío contexto del que proviene. En esta tragedia de William Shakespeare, el mundo de lo fúnebre conquista el escenario: cementerios, sepultureros, fantasmas, calaveras y reflexiones existenciales sobre la muerte. La historia de Hamlet príncipe de Dinamarca puede verse como un relato más de venganza e intriga, y a su vez puede aprovecharse como una inmersión en la oscura y misteriosa realidad que nos aguarda a todos al final de nuestros días.
4. Ars Morendi
Aunque pocos conozcan a este texto medieval sobre el arte del buen morir, en su momento fue uno de los libros más circulados e imprimidos en toda Europa. Tras la terrible Peste Negra del siglo XIV, el mundo medieval tenía frescos recuerdos de tumbas masivas y familiares moribundos. Tal fue el impacto, que, cuando un fray escribe sobre los modos en los que uno debe prepararse para sus últimos días, su obre se vuelve el equivalente de un bestseller hoy.
5. The Raven
Hay un lado de la muerte que, aún más que los esqueletos y los sepultureros, siempre está presente: el duelo. En este poema de Edgar Allan Poe, maestro del gótico norteamericano, esa dimensión de lo fúnebre toma la figura de un cuervo que atormenta a un joven en luto por la muerte de su amada y le recuerda sin cesar la inevitabilidad de su propio fin. Es un relato con pocos de los típicos elementos que suelen abundar en otras obras sobre la muerte, pero la atmosfera que Poe refleja una tristeza y terror interior que, para algunos, puede mostrar más de esta realidad que cualquier calavera o cementerio.
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